También
conocido como autoconciencia, el conocimiento personal es el conjunto de
procesos reflexivos que permiten tomar conciencia de uno mismo y de la
propia identidad, que a su vez se compone de pensamientos, experiencias y
habilidades.
Un enfoque
acertado para abordar el conocimiento personal sería empezar por reconocer que
la autoconciencia no se trata solo de lo que notamos sobre nosotros mismos,
sino también todo lo relacionado con la forma en que percibimos y controlamos
nuestro mundo interior.


El conocimiento personal se caracteriza por cualidades como las
siguientes:
-Tiene un autoconcepto independiente.
-Puede dirigir su propio aprendizaje y está motivado internamente, más
que externamente, para aprender.
-Ha acumulado una reserva de experiencias de vida que le sirven como
recurso para continuar mejorando en diferentes áreas.
-Tiene necesidades de aprendizaje estrechamente relacionadas con el
cambio de roles sociales.
Al enfrentarse a un problema, se centra en él, buscando la manera de
aplicar su conocimiento de forma inmediata.
La falta de
este conocimiento personal puede ser devastador para nuestro proceso de
aprendizaje y resultados.
El proceso de
autoconciencia puede proporcionar a las personas un mayor control sobre los
eventos en sus vidas, al permitirles aprender de manera efectiva sobre sí
mismos y sus propias necesidades personales, fortalezas y debilidades.
Como todo
proceso, tiene diversas fases, como: autopercepción, autoobservación, memoria
autobiográfica, autoestima, autoaceptación.
La imagen
personal es un producto de la vida social y es necesario percatarse de ello. No
tomamos demasiada importancia cuando algo olvidamos o no ponemos atención a una
persona o un tema, pero todos estos procesos cognitivos que pasamos por alto
juegan un papel decisivo en nuestro comportamiento, y en cómo nos relacionamos
con los demás.
