Siempre amé usarlos… Hoy comprendo a través de la sabiduría de nuestras abuelas y ancestras el porqué.
Además de hacerme sentir poderosa y conectarme de manera increíble con mi feminidad, me hace sentir libre y abrazar ser mujer.
Existe una profunda interacción entre la energía femenina y la atracción natural de la tierra.
Entender que la naturaleza de la mujer, con sus flujos y reflujos, es positiva y poderosa, nos da la oportunidad de vivir de manera equilibrada y sana.
La mujer está conectada en su mayoría con la energía de la Madre Tierra y con el poder de lo Sagrado Femenino, el mismo que trabaja la energía sexual – que es un flujo poderosísimo que nos ancla a la materia pero que si la sabemos dominar y usar a nuestro favor nos dará un gran poder.
Y el chakra o cuencueyotl encargado de esta conexión, con la energía sexual o de la Tierra, justamente es el chakra Raíz.

Usar falda o vestido aumenta el acceso del cuerpo a esa energía de la Tierra a través del círculo que forma.
Permite el flujo de la energía creadora a través éste en cada uno de nuestros chakras o cuencueyotls hasta conectarse con los 3 principales raiz, timo y 3er ojo, subiendo al campo mórfico para recargarse con lo divino y regresando al poder materializador de la madre tierra volver a retomar su poder mágico de creación de lo externo y de lo interno.
Cuando la mujer regrese a sus raíces y al uso de las faldas, irá sanando día a día este puente, no solo el personal sino el de su clan femenino y el colectivo (el de todas las mujeres) haciendo que nuestro chakra Raíz regrese a estar firme, pleno, poderoso y brillante para bien de cada mujer y del universo.