Cuando alguien te insulta o te juzga, cuando te critican o te hacen sentir menos, cuando te echan la culpa por su dolor o su sufrimiento o por sus reacciones y vivencias, cuando no te escuchan o sólo hablan de ellos mismos, cuando te comparan con los demás, cuando te ignoran, invalidan o se burlan de tus pensamientos y sentimientos.
Detente. Inhala y Exhala
Empieza por la compasión, imagina por todo lo que vive dentro de su cuerpo y cabeza…
Tal vez tú has estado donde ellos están. No trates de cambiarlos ahora. Quizás nunca cambien. No intentes corregirlos. Ellos no están pidiendo ser corregidos.
Después, si algo te hace sentir y reaccionar.
Detente. Respira
Recuerda que esa persona es tu perfecto maestro para que revises qué botones te está presionando que requieres ver en ti. (cuando duele o molesta, hay algo que revisar en mí)
- Lo que ellos hagan y cómo sientan, es su asunto; quien debe de ver hacia adentro, hacia su interior y transformar lo requerido, eres tú.
- Ve con claridad, ten compasión con ellos, contigo.
- Lo que sienta el otro también está bien.
- Dales espacio para que se sienta como elija sentirse. Con respeto todo es válido.
- Está bien que te juzguen. Abre un espacio para sus juicios, son suyos no tuyos.
- ¡Dale cabida a tus propios pensamientos y sentimientos!
- Permítete sentirte triste, enojado, desconfiado.
- Deja que todas esas valiosas energías te bañen por dentro, piensa que solo vienen a enseñarte.
- No te harán daño, si les permites expresarse.
Date el espacio y el permiso para sentir sin afectar a los otros y ve más allá, para que no se convierta en un sufrimiento.
Recorre tu camino y permite que los demás recorran el suyo.
No tienes que justificar tu camino, ni defenderlo.
Mantente cerca y dentro de ti mismo en estos tiempos difíciles.
No luches contra la oscuridad, no la rechaces; intégrala y… Simplemente enciende tu luz».
Mi Ser abraza a tu Ser.